Una portada de piedra nos transmite una serie de sensaciones positivas del edificio del que forma parte.

Renovar la portada de una casa en el casco histórico de Xátiva con piedra natural es una decisión muy adecuada por diversas razones.

En primer lugar, la piedra natural es un material que ha sido utilizado durante siglos en la arquitectura, lo que le confiere un carácter atemporal y una estética que se integra armónicamente en el entorno histórico de la ciudad.

 Este tipo de renovación no solo respeta la identidad arquitectónica de la zona, sino que también contribuye a su preservación.

Además, la piedra natural es extremadamente durable y resistente a las condiciones climáticas, lo que garantiza que la fachada mantenga su belleza y funcionalidad a lo largo del tiempo.

Su capacidad para resistir el desgaste y la erosión la convierte en una opción sostenible y de bajo mantenimiento, ideal para edificaciones que requieren un cuidado especial en un contexto patrimonial.

Por otro lado, la utilización de piedra natural puede incrementar el valor histórico y económico de la propiedad, al alinearse con las normas de conservación del patrimonio.

Este enfoque no solo realza la singularidad de la casa, sino que también potencia el atractivo turístico de Xátiva.

Por tanto, renovar con piedra natural es una elección que combina estética, durabilidad y respeto por la historia, beneficiando tanto a los propietarios como a la comunidad.

En este caso se trata de un encargo recibido en verano del año 2022 de parte de un particular para convertir la entrada de su casa, hecha de obra de cemento en una portada de piedra. Una mejora sustancial.

Después de tomar medidas, llegamos al acuerdo de elaborar las piezas en piedra de Ulldecona, con un tono muy adecuado al entorno y color de la puerta.

Se montó con baldosas abujardadas de 3 cm de espesor y unas piezas molduradas para las aristas, macizas, de 10 x 10 cm.

El levantamiento de piedras naturales es una práctica tradicional que ha cobrado relevancia en diversas culturas, especialmente en Escocia, donde se originó como parte de las competencias de fuerza en festivales locales.

En esta disciplina, los participantes levantan y desplazan piedras de formas irregulares, que varían en tamaño y peso.

Las zonas donde se practica incluyen regiones montañosas y rurales, donde estas piedras son abundantes, como las Highlands escocesas, algunas áreas de los Países Bajos, Islandia, Canarias y el País Vasco.

Las piedras utilizadas en estas competiciones suelen tener formas irregulares, lo que añade un desafío adicional al levantamiento.

Ejemplos comunes incluyen la “Stone of Strength”, una piedra de aproximadamente 150 kg, y otras de menor tamaño, que pueden pesar entre 50 y 100 kg.

En Islandia también hay muchas zonas donde se pueden ver varias piedras de pesos diferentes. Famosas son las de Husafell y Árbaer. También es sorprendente las que hay en algunos puertos, donde los hombres que eran capaces de levantarlas podían acceder a capitanear los barcos.

Estas piedras no solo representan un reto físico, sino que también simbolizan la conexión con la tierra y la cultura local.

Los enfrentamientos entre contrincantes suelen ser intensos y emocionantes, con cada competidor buscando superar sus propios límites y los de sus oponentes.

 La técnica y la fuerza son esenciales, y muchas veces se realizan apuestas amistosas entre los participantes, lo que añade un elemento de camaradería y rivalidad.

En las últimas décadas, la participación de mujeres en el levantamiento de piedras naturales ha aumentado significativamente.

Este cambio ha sido impulsado por la creciente aceptación de las mujeres en deportes de fuerza y la promoción de la igualdad de género en diversas disciplinas atléticas.

 Las competidoras han demostrado que pueden igualar o incluso superar a sus contrapartes masculinos, aportando un nuevo nivel de dinamismo a la competición.

La historia del levantamiento de piedras es rica y variada, enraizada en antiguas tradiciones de fuerza y destreza. Hoy en día, se ha convertido en un deporte que celebra la herencia cultural y la fuerza humana, atrayendo a un público diverso y entusiasta.

El lavabo mortero que presentamos en esta ocasión procede del trabajo que llevamos a cabo a principio de verano del año 2022.

La idea surgió de parte del cliente, que nos envió una imagen encontrada en una revista de decoración, en la que se había usado un mortero antiguo como lavabo.

Teniendo en cuenta dicha imagen, con una piedra crema claro, propusimos emplear un material disponible denominado crema Claudia, un mármol de una tonalidad sutil, con líneas un poco más oscuras.

Ya que disponíamos de un pequeño bloque de este tipo de piedra natural, de unas medidas determinadas, decidimos conjuntamente elaborar este lavabo mortero de una altura de 19 cm y un diámetro aproximado de 40 cm.

Aunque hablamos de diámetro de la pieza, es cierto que dada su forma con los cuatro elementos que sobresalen, se adaptan a la perfección a las cuatro esquinas de un cuadrado.

Esta forma, vista en planta es muy conveniente a la hora de recortar el bloque, porque reduce considerablemente la cantidad de material que hay que quitar.

Los acabados que se podían ver en la imagen facilitada fueron los que reprodujimos en la nueva pieza.

Trabajamos pues para conseguir un acabado pulido en el interior y las zonas superiores y abujardado en las caras exteriores.

La superficie pulida interior permite ver todos los tonos verdaderos de la piedra con suma claridad, a la vez que cierra todos los poros, impidiendo que el agua penetre en el material, dejando una superficie impermeable.

El exterior abujardado le imprime un carácter rústico al lavabo mortero, combinando a la perfección con un baño de una casa con este tipo de ambiente.

El orificio de desagüe estaba situado, como no podía ser de otra manera, en el centro. Y esto es lo que únicamente lo diferencia de un mortero para uso culinario. Pero en este caso se trata de un lavabo con estilo…

Piedra y ganadería han tenido una relación fundamental a lo largo de la historia de la humanidad.

Desde tiempos remotos, el ser humano ha utilizado la piedra no solo como material de construcción, sino también como elemento clave en la creación de infraestructuras que conectan y sostienen las actividades ganaderas.

 Las piedras han sido empleadas para edificar corrales, refugios y establos, proporcionando un entorno seguro para el ganado.

Las construcciones de piedra han resistido la prueba del tiempo, siendo testigos de la evolución de las prácticas ganaderas.

En zonas rurales, los muros de piedra delimitan terrenos y sirven para proteger a los animales de depredadores y condiciones climáticas adversas, asegurando así la sostenibilidad de la ganadería.

Los caminos empedrados, construidos con piedras, han facilitado el transporte de ganado, productos y comerciantes, contribuyendo al desarrollo de economías locales.

Asimismo, las piedras de sal, esenciales en la alimentación y salud del ganado, tienen un valor especial en la ganadería.

Históricamente, ciertas áreas han sido reconocidas por sus depósitos de sal, atrayendo tanto a ganado como a pastores en busca de estos minerales imprescindibles para el sustento animal.

Los mojones de piedra han servido como hitos que marcan límites territoriales, regulando los espacios de pastoreo y evitando conflictos entre comunidades.

Esta función ha sido crucial para el manejo eficiente de los recursos naturales y el desarrollo sostenible de la ganadería.

Es por todo esto que piedra y ganadería han estado entrelazadas a lo largo de la historia, contribuyendo a la prosperidad de sociedades humanas.

 Desde construcciones que resguardan a los animales hasta elementos que regulan el uso del territorio, la piedra se erige como un pilar en la historia agrícola y ganadera de la humanidad.

Piedra y ganadería son pilares básicos que sostienen la población en muchas zonas rurales que ocupan amplios territorios de todo el mundo.

La pila de cocina a que nos referimos ahora se trataba de una pieza bastante especial. La clienta nos contactó en enero de 2022 y tras unas conversaciones pusimos en marcha el trabajo un par de semanas después.

Una de las necesidades de la clienta es que la pila fuese elaborada en un material gris. Decidimos pues utilizar un material como el cenia gris, muy compacto y cristalino y nada poroso.

Esta pila de cocina tenía unas medidas de 100 x 65 x 22 cm en sus caras exteriores con un espesor de piedra de 4 cm en laterales y frontal y de 9 cm en el posterior para disponer de espacio suficiente para el grifo.

En esta zona más ancha que hemos comentado, en la zona posterior se hizo un taladro pasante de 35 mm de diámetro como agujero para grifo.

 Asimismo, se taladró el agujero y rebaje para alojar la válvula de desagüe. Esto se hizo en un lateral, tal como nos había indicado la clienta. El fondo por tanto no era simétrico, teniendo todas las caídas en pendiente hacia ese lateral.

El acabado superficial de esta pila de cocina era pulido en todo el interior, resaltando el tono natural de la piedra e impidiendo la absorción de agua por el material.

También se trabajó con este tipo de acabado en la parte superior y la cara frontal, vista en toda su superficie.

El resultado fue realmente bonito, por el realce de su tonalidad gris oscuro con aguas y la robustez y el tamaño de la pieza en su conjunto.

Una vez finalizada, la pila fue embalada cuidadosamente para su envío por agencia a la dirección indicada por la clienta.

Con toda seguridad esta pila lucirá espectacularmente en la cocina de la casa, proporcionando a ésta un ambiente ciertamente mejorado.

Piedra y agricultura son material y actividad tan cercanos al hombre que le han acompañado de forma continua durante milenios.

La relación entre piedra y agricultura ha sido fundamental en el desarrollo de las civilizaciones humanas. Desde los inicios de la agricultura, las piedras han desempeñado un papel crucial, no solo como herramientas, sino también como elementos que moldean el paisaje y definen las prácticas agrícolas.

Las culturas agrícolas primitivas utilizaban las piedras para fabricar herramientas, como hoces y azadas, facilitando así el cultivo de la tierra. Estas innovaciones tecnológicas permitieron mejorar la eficiencia en la recolección y el procesamiento de alimentos, lo que impulsó el crecimiento de las poblaciones y el surgimiento de asentamientos permanentes.

Además, la elección del terreno cultivable a menudo dependía de la geografía y la disponibilidad de recursos. Regiones con suelos fértiles, pero también con suficientes rocas, como las cuencas de los ríos, se convirtieron en focos de desarrollo agrícola.

La piedra, en este contexto, se convirtió en un símbolo de resistencia y adaptación, ya que muchas civilizaciones aprendieron a aprovechar el paisaje rocoso para crear terrazas y muros de contención que maximizaran la superficie cultivable.

A medida que las sociedades evolucionaron, la piedra también se convirtió en un material constructivo esencial para las infraestructuras agrícolas, como presas y canales de riego, que potenciaron la producción alimentaria.

Las piedras, a través de su uso en muchas edificaciones, han dejado un legado tangible que cuenta la historia de las civilizaciones. La arquitectura de estas culturas, construida en piedra, es testimonio de su relación con la tierra y la agricultura.

La creación de molinos de piedra facilitó también la molienda de granos, aumentando la eficiencia en la producción de harinas. Además, los cercados de piedra protegen las cosechas de animales y fuerzas naturales, asegurando la inversión agrícola.

Queda clarísimo pues que piedra y agricultura se han acompañado durante mucho tiempo, y así seguirá por mucho más…

El montaje de una fuente puede tratarse de un trabajo rápido y sencillo en ciertas ocasiones, pero este no es el caso.

A principios del otoño de 2022 se nos requirió para el montaje de una fuente en el centro de Bilbao.

Se trataba de complementar unas obras de remodelación de una calle, la cual se mejoraba con la construcción de zonas peatonales y ajardinadas.

Para este trabajo nos contactaron a principios de verano, dado que la fuente en sí se estaba elaborando en un taller de La Romana (Alicante).

Durante la fase de planificación del trabajo se incluyó una visita a dicho taller para ver en vivo las piezas elaboradas y así prever los trabajos necesarios para su manipulación en obra.

Se trataba de una serie de piezas elaboradas en negro markina, un tipo de piedra muy compacta, extraída en canteras del País Vasco, de color negro con vetas blancas y que admite un pulido muy bueno.

Estas piezas formaban un vaso grande, con una base se elevaba un vaso mediano y sobre otra peana apoyaba el vaso más pequeño en el nivel superior.

Todos los vasos y peanas tenían una forma elíptica con los ejes orientados en diferentes direcciones.

Las piezas del vaso grande a nivel de suelo podían manejarse entre dos personas. Se trataba de 24 piezas que descansaban sobre una base de hormigón y que estaban unidas entre si con resina epoxi coloreada de negro.

El vaso mediano estaba compuesto por cuatro piezas que hubo que montar en obra, sobre una base llana preparada con tablero y, posteriormente, colocarla sobre su peana en el lugar establecido en los planos.

El vaso pequeño sí que era de una pieza y se montó en el nivel superior, lugar donde se ubicaba la salida de agua.

Era muy importante que los vasos estuviesen nivelados para que el agua, al desbordar, se formase una cortina uniforme por todo el perímetro.

Se trató de un trabajo muy satisfactorio una vez terminado, pero que requirió un gran esfuerzo en horas y en lo físico.

El origen de la piedra es una de las historias cruciales que han modelado nuestro entorno natural.

La historia de la piedra se entrelaza con el desarrollo del planeta Tierra, que comenzó hace aproximadamente 4.500 millones de años.

En sus inicios, la Tierra era un lugar inhóspito, donde los elementos se aglutinaban en un magma incandescente. La eventual solidificación de este magma dio origen a las primeras rocas ígneas, que son esenciales en la geología del planeta.

 A lo largo del tiempo, las placas tectónicas comenzaron a conformar y desplazarse, moviendo continentes y creando montañas a través de procesos de subducción y colisión.

Estas interacciones no solo moldearon la superficie terrestre, sino que también dieron origen a fuentes de magma, generando erupciones volcánicas que aportaron materiales a la formación de nuevas rocas.

El ciclo de las rocas es un componente clave en este proceso. La erosión y el transporte de partículas por el viento y el agua contribuyeron a la formación de rocas sedimentarias.

A través de los eones, estas rocas han almacenado información sobre el clima y la biología de la Tierra en diferentes épocas.

Las condiciones climáticas, como la temperatura y la precipitación, han influido en la formación de suelos y en la vegetación, que a su vez afectaron la erosión y el transporte de sedimentos.

La biología también ha desempeñado un papel crucial en la historia de la piedra. Organismos como corales y moluscos han contribuido a la formación de rocas sedimentarias a través de la acumulación de conchas y esqueletos en los océanos.

A medida que la vida se diversificó y evolucionó, la interacción entre la biología y la geología creó un rico tapiz de rocas que representan millones de años de cambios.

Así, el origen de la piedra refleja una compleja interconexión entre geología, placas tectónicas, vulcanismo, biología y clima, formando una narrativa de transformación y resiliencia en nuestro planeta.

Un frontal de mármol para una pila antigua fue un trabajo que nos llegó en verano de 2022, de parte de un cliente al que ya le habíamos elaborado diferentes piezas.

El material de la pila era la denominada “piedra de Tossalet”, muy utilizada en la zona de Xátiva pero inaccesible en la actualidad por el abandono de sus antiguas canteras.

Se optó por tanto por elaborar esta pieza en mármol crema Valencia de 3 cm de espesor, puesto que se trata de una piedra de tonalidades similares a aquella.

Este frontal de mármol se conformó a partir de una pieza de 60 cm de altura y 94 cm de anchura con orificios para las piezas de mármol blanco donde van colocados los caños de bronce, con formas curvas y simetría.

Las piezas de mármol blanco tienen un diámetro de 10 cm con relieve (moldura pecho paloma). Están incrustadas en la pieza de crema cenia para que entre las superficies de ambas no exista escalón.

A la vez, estas piezas blancas tienen un rebaje centrado para incrustar la arandela de bronce del caño igualmente para quedar todo como una superficie lisa.

Este frontal de mármol tiene una parte plana del superior que tiene que servir de apoyo para una pieza elaborada a partir de un modelo facilitado por el cliente de una antigua de remate con forma de jarrón.

 Esta pieza superior en la que culmina el frontal tiene unas medidas de 32 cm de altura y 18 cm de anchura y también el espesor de 3 cm como la pieza grande.

Las medidas a las que se sitúan los orificios para los caños de bronce son las adecuadas para la altura y anchura de la pila.

Una vez montada, pegada al muro y apoyando en la pila, queda compuesto un conjunto de indudable belleza.

Piedra y agua son elementos aparentemente inertes que conviven en nuestro planeta desde hace miles de millones de años (eones).

La relación entre piedra y agua es una de las interacciones más fascinantes en la naturaleza y la civilización.

Desde una perspectiva geológica, el agua es un agente de erosión poderoso que, a lo largo de milenios, modela el paisaje al desgastar rocas y minerales. Los ríos y arroyos, al fluir sobre rocas duras, arrastran partículas y desgastan las superficies, creando formaciones como cañones o cuevas.

Esta erosión no solo transforma el terreno, sino que también da vida a estructuras geológicas diversas, como los glaciares que tallan los valles o las olas que desgastan acantilados en la costa.

En la arquitectura y la decoración de casas y jardines, la piedra y el agua se han utilizado en combinación de maneras estéticamente placenteras y funcionales.

Fuentes y estanques son elementos comunes que incorporan agua, mientras que diversas piedras, como el granito, el mármol, la arenisca o la caliza, sirven como base estructural o decorativa. La armonía que surge de estas interacciones crea espacios relajantes y visualmente atractivos.

Además, en muchas culturas, la relación entre piedra y agua simboliza la permanencia y la fluidez de la vida. Por ejemplo, los jardines japoneses emplean rocas estratégicamente dispuestas junto a corrientes de agua, buscando evocar la estabilidad de las piedras y la serenidad del agua, creando un espacio para la contemplación.

Así, la fusión de estos dos elementos no solo realza la estética de un ambiente, sino que también refleja una profunda filosofía de conexión con la naturaleza.

Podemos afirmar pues que la interacción entre piedra y agua, a través de procesos geológicos y en la esfera de la arquitectura paisajística, nos invita a apreciar la belleza del mundo natural y su influencia en nuestros espacios vitales.