La portada a la que hacemos mención en este artículo es una de esos descubrimientos casuales que a veces se producen en las obras de construcción.
Cuando estas obras están ubicadas en edificios antiguos se suelen dar este tipo de sorpresas debido a la historia dilatada por la que han transcurrido y por la cantidad de remodelaciones a las que han estado expuestos.
En este caso, el edificio donde se acometían las obras es el antiguo hospital real de Xàtiva, construido en el siglo XVI, con una mezcla de estilos gótico y renacentista.
Este edificio destaca sobre todo por la fachada que tiene, con una espectacular colección de ornamentos tallados en piedra.
En el año 2021, se llevaban a cabo, como hemos dicho, unas obras en su interior, que afectaban entre otras zonas, a un muro que delimitaba el patio interior.
Al picar parte de los enfoscados exteriores de este muro aparecieron algunas piedras que se identificaron como dovelas pertenecientes al arco de la parte superior de una antigua portada.
Esta portada daba acceso al interior de alguna dependencia desde el patio central que sigue existiendo.
En vista de esto se decidió volver a ubicar una portada pero con sillares y dovelas de nueva talla, puesto que las que quedaban se encontraban en muy mal estado.
Se usó la piedra de Vinaixa para hacer este trabajo. Se trata de una arenisca de grano fino con un característico tono beige homogéneo.
Los sillares que se tallaron solamente fueron algunos para el muro alrededor de la portada, con diferentes medidas, adecuándose a las alturas de las hiladas preexistentes.
Toda la sillería y el arco tenía un espesor de 23 cm y el acabado de las caras vistas fue escodado, con las marcas paralelas de esta textura.
El arco que se elaboró en el taller de Torregris era de medio punto, de 142 cm de luz y dovelas de 95 cm de espesor. Su montaje se llevó a cabo sobre la correspondiente cimbra hecha a medida.