Torregris y su taller abrió sus puertas en mayo del año 2008, momento en el que con toda la ilusión del mundo habíamos estado preparando todo lo que pensábamos que era necesario.
Los primeros trabajos (que ya comenzaron antes de la mencionada fecha) fueron los de preparar la nave para las instalaciones y maquinaria.
Se instalaron las máquinas en su lugar definitivo sobre bases de hormigón construidas in situ. Para la propia instalación y conexiones estuvieron presentes los técnicos de las empresas fabricantes.
Una vez instaladas la fresadora y la molduradora, ambas accionadas por control numérico, tocaba aprender a manejarlas. Así, en este taller de Torregris y durante una semana estuvimos recibiendo las enseñanzas de los expertos.
Aparte de esto, pese a que teníamos ciertos conocimientos y práctica en algunas técnicas de tallado de piedra tuvimos que aprender a llevar a cabo todo tipo de trabajos, y algunos de ellos mejorarlos. De hecho todavía seguimos aprendiendo…
Fue habitual en aquellos primeros tiempos el llevar a cabo un contacto más intenso con proveedores, tanto de materia prima como con todo tipo de pequeña maquinaria, herramientas y materiales fungibles de trabajo en este tipo de talleres.
Pusimos en marcha también la maquinaria de captación de clientes. Llevamos a cabo todo tipo de campañas de marketing: cartelería, página web, publicidad mediante envío de emails, cartas postales, reparto de catálogos a profesionales, buzoneo de trípticos, inclusión en directorios, redes sociales…
De manera que una vez puestos en marcha recorrimos el primer verano elaborando a cabo los primeros trabajos y aprendiendo un montón de cosas a la vez.
Ya ese primer otoño comenzamos a trabajar de forma más intensa al acceder a obras de restauración de cierta envergadura que ya llevaban tiempo en marcha. Esto supuso que para nosotros el año 2009 fuese bastante intenso.
La gran crisis del 2008, que a nosotros comenzó a afectarnos en 2010 fue simplemente brutal. A una bajada salvaje del consumo hubo que añadirle algunas cuentas impagadas. Durante cinco largos años sufrimos de lo lindo y fuimos capaces de aguantar gracias en gran medida a la ayuda de la familia.
No fue hasta el 2016 que comenzamos una recuperación paulatina, que con sus altibajos marcaba una tendencia positiva. Armados de paciencia y con el apoyo de trabajadores y colaboradores hemos ido creando un negocio cada vez más sólido.
A día de hoy, la mejora continua es nuestra obsesión en Torregris y nos encanta pensar que cada vez hemos satisfecho los deseos de más personas.