Vierteaguas de piedra crema cenia.
Por mediación de un buen amigo realizamos en 2009 este trabajo para una casa de nueva construcción en Cardenete (Cuenca).
La casa en cuestión era una edificación unifamiliar, a las afueras de la localidad, bastante grande y construida en estilo rústico. Las paredes exteriores eran de mampostería ordinaria y con las piedras unidas con mortero de cemento.
Muestra del tamaño de la casa es que contaba con 28 ventanas, cuyos propietarios querían completar con vierteaguas de piedra de cierto espesor.
Con la visita para tomar medidas decidieron colocar unas piezas de 9 cm de espesor con el frontal y laterales moldurados en forma de pecho paloma.
El trabajo, que se realizó en piedra de Ulldecona, debía contar con varias características: una de ellas es que al tratarse de paredes de gran anchura (algunas de 60 cm) las piezas eran de un tamaño considerable en superficie y tuvieron que aligerarse, dejando 4 cm de espesor, excepto en la parte frontal de la moldura que sobresalía al exterior.
Además, como la anchura de los vierteaguas debía ser mayor que los huecos de las ventanas (cosa que le aporta un mayor valor estético), se planteaba el problema de que para colocarlos habría que picar unas ranuras en la piedra de las paredes cuyo trabajo se adivinaba como titánico. Se optó pues por hacer sendos recortes a cada lado, dejando una vista en planta en forma de T para evitar tamaño esfuerzo.
Finalmente, con todas estas condiciones, pusimos el trabajo en marcha, a partir de las bandas de diferentes anchuras traídas de Ulldecona. Muchas horas de molduradora y de manipulación de piezas para poder cortar en las diferentes posiciones.
A todas las zonas vistas (cara superior plana y cantos moldurados frontal y laterales) se les dio un acabado apomazado, ideal para el estilo rústico de la casa por su ausencia de brillo y con un tacto fino que muestra el tono de la piedra y facilita su limpieza.