Los lavabos de mármol son un producto que se busca habitualmente cuando se quiere disfrutar una pieza verdaderamente auténtica, con un carácter natural y a la vez sofisticado. Un lavabo de mármol confiere al baño una fuerza especial que enriquece en gran medida ese ambiente.
Por supuesto el baño puede completarse con otros elementos de mármol como el suelo (baldosas), los paramentos verticales (aplacados), plato de ducha, encimera de baño y otros elementos accesorios (estantes, complementos de cualquier tipo como jaboneras…)
Existen lavabos de mármol elaborados a partir de piezas de 2 y 3 cm pegadas, de lo que resultan formas con líneas rectas en las que se aprecian las juntas de unión entre piezas.
En nuestro caso no nos dedicamos a elaborar este tipo de producto sino que hablamos de lavabos elaborados a partir de una sola pieza maciza a la que se le da una forma exterior y que se vacía interiormente con muy diversas geometrías y medidas. Las hay de muy diferentes combinaciones, dependiendo de que estas formas exterior e interior sigan líneas rectas o curvas.
Se fabrican por supuesto en diferentes materiales, de colores claros y oscuros y con tonos más lisos, veteados, con ciertas aguas…
Es muy importante resaltar que acabado es algo clave, puesto que aunque se desbasten con maquinaria, los últimos pasos, para que el resultado sea espectacular tiene que ser manuales, lo que le da ese acabado exclusivo, sin marcas, con una superficie homogénea, que puede ser en el interior apomazada o pulida. Las caras exteriores pueden tener una textura de cualquier tipo: apomazada, pulida, abujardada, con relieves, apiconada…
Algo muy importante para el buen mantenimiento es que estas piezas, como todos los elementos de mármol (con superficie pulida sobre todo) es que no se pueden utilizar productos agresivos en su limpieza (muchos de los que se venden lo son, ya que contienen ácidos, lejía, etc.), sino simplemente jabón neutro y agua (y un estropajo, claro está).