El montaje de una fuente puede tratarse de un trabajo rápido y sencillo en ciertas ocasiones, pero este no es el caso.
A principios del otoño de 2022 se nos requirió para el montaje de una fuente en el centro de Bilbao.
Se trataba de complementar unas obras de remodelación de una calle, la cual se mejoraba con la construcción de zonas peatonales y ajardinadas.
Para este trabajo nos contactaron a principios de verano, dado que la fuente en sí se estaba elaborando en un taller de La Romana (Alicante).
Durante la fase de planificación del trabajo se incluyó una visita a dicho taller para ver en vivo las piezas elaboradas y así prever los trabajos necesarios para su manipulación en obra.
Se trataba de una serie de piezas elaboradas en negro markina, un tipo de piedra muy compacta, extraída en canteras del País Vasco, de color negro con vetas blancas y que admite un pulido muy bueno.
Estas piezas formaban un vaso grande, con una base se elevaba un vaso mediano y sobre otra peana apoyaba el vaso más pequeño en el nivel superior.
Todos los vasos y peanas tenían una forma elíptica con los ejes orientados en diferentes direcciones.
Las piezas del vaso grande a nivel de suelo podían manejarse entre dos personas. Se trataba de 24 piezas que descansaban sobre una base de hormigón y que estaban unidas entre si con resina epoxi coloreada de negro.
El vaso mediano estaba compuesto por cuatro piezas que hubo que montar en obra, sobre una base llana preparada con tablero y, posteriormente, colocarla sobre su peana en el lugar establecido en los planos.
El vaso pequeño sí que era de una pieza y se montó en el nivel superior, lugar donde se ubicaba la salida de agua.
Era muy importante que los vasos estuviesen nivelados para que el agua, al desbordar, se formase una cortina uniforme por todo el perímetro.
Se trató de un trabajo muy satisfactorio una vez terminado, pero que requirió un gran esfuerzo en horas y en lo físico.